Los personajes

 

Los personajes son las personas narrativas que habitan el universo y participan de la acción de una historia.

Los personajes son el elemento de la acción más importante, ya que son los que plantean el conflicto y los que, con sus acciones, producen la mayor parte del avance argumental. Además, los personajes son fundamentales para crear los efectos  y la tensión narrativa y el interés del lector, gracias a la relación de identificación y empatía que éste establece con ellos.

Por ello, es importante crear personajes verosímiles, cuya caracterización y acciones sean coherentes. De lo contrario, tanto el personaje como la acción perderán credibilidad y, con ello, el relato verá reducida su calidad narrativa.

Por otro lado, como personas narrativas, los personajes son seres ficticios cuya existencia se circunscribe a la diégesis narrativa; es decir, solamente existen dentro del relato en el que aparecen. Por tanto, su creación y caracterización se construyen mediante la representación que el escritor haga del personaje en el relato.

 

La caracterización de los personajes

La caracterización de los personajes es lo que les aporta verosimilitud.

Caracterizar a un personaje es crearlo en el relato, darle una identidad propia y única que lo individualiza frente a otros personajes del relato o personajes similares de otros relatos.

Esta individualidad se basa en tres aspectos:

  • Identidad: es el más básico, ya que condiciona los otros dos. Se basa en el tipo de ser vivo que sea el personaje y en el nombre que tenga. La identidad del personaje determina su individualidad y su posible grado de simbolismo, es decir, si su función en el relato obedece a una intención más estética o más ideológica del autor.
  • Físico: es la imagen visual del personaje. Se compone de tres elementos: sus rasgos físicos, su vestimenta y su lenguaje corporal. En ocasiones se establece un rasgo caracterizador para reforzar la individualidad física del personaje mediante metonimia.
  • Psicología: es la personalidad o carácter del personaje. Está compuesta por sus rasgos intrapersonales, personales y sociales y en ella influye la imago mundi del personaje. Un personaje sin profundidad psicológica se considera plano y es más arquetípico, mientras que uno con mayor profundidad se considera redondo y está más humanizado. A lo largo de la acción narrativa, los personajes redondos pueden sufrir una evolución psicológica motivad por la acción.

La profundidad de la caracterización de estos aspectos depende de la importancia del personaje en la acción, que está condicionada por su participación en ésta y su consecuente función dramática. Un personaje principal estará más y mejor caracterizado que un personaje secundario o terciario.

 

Técnicas de caracterización de los personajes

La caracterización de los personajes puede iniciarse mediante una presentación inicial, exponiendo sus rasgos físicos o psicológicos. Sin embargo, es la representación de estos rasgos a lo largo de toda la acción lo que da verosimilitud al personaje.

Esta verosimilitud se basa en la coherencia del personaje, es decir, en queéste demuestre sus rasgos, que condicionan y limitan su comportamiento. Cuando un personaje no es coherente consigo mismo, pierde credibilidad.

La acción de los personajes

La acción de los personajes es la manera principal en la que el personaje demuestra su carácter, ya que sus rasgos condicionan y limitan su comportamiento. Sin embargo, frente a la acción narrativa, el personaje establece dos esferas de acción diferentes:

Acción externa

La acción externa de los personajes se basa en cómo participan en la acción narrativa.

Estas acciones se basan en el modelo actancial, que establece tres funciones de los personajes:

  • Función actancial: es la función abstracta y genérica basada en la participación del personaje en el conflicto y permite identificar su papel en la historia, convirtiéndolo en actantes. Esta función es, junto con la identidad, la base para la caracterización psicológica del personaje, ya que condiciona su comportamiento. Hay seis funciones actanciales, organizadas en parejas dicotómicas: el sujeto y el objeto; el ayudante y el oponente; el destinador y el destinatario.
  • Función dramática: es el conjunto de actos y comportamientos de cada personaje; lo que el personaje hace. Concreta la función actancial en cada historia, individualizando al actante mediante un comportamiento único que hace avanzar un argumento particular. Por ejemplo, el lobo feroz, el cardenal Richelieu y el conde Drácula son oponentes, pero como actores realizan distintas acciones, coherentes con el conflicto del que participan. La función dramática clasifica a los personajes en principales, secundarios, terciarios e incidentales.

La concreción de la función actancial en la función dramática puede dar lugar a alteraciones de la estructura actancial, tales como el sincretismo, la duplicación y el desplazamiento. Cuando la historia presenta un argumento complejo es importante tener clara la diferencia entre actante y actor para entender el avance argumental de cada línea argumental.

El discurso de los personajes

El discurso de los personajes es el conjunto de sus actos de comunicación lingüística; es decir, cuando se expresa verbalmente. Se corresponde con la función fática (no fáctica) del modelo actancial y está asociado a su voz, entendida como tal por contraposición a la del narrador.

Sin embargo, el discurso de los personajes no sólo incluye su expresión oral, compuesta de los parlamentos de los diálogos y monólogos. También lo que el personaje escribe ―cartas, diarios, etc.― o cuando expresa su acción interna mediante monólogo interior se considera parte de su discurso.

Por otro lado, el discurso de los personajes puede ser presentado en el relato con diferentes distancias narrativas, dependiendo de si la voz que lo expone es la del personaje, en estilo directo, o la del narrador, en estilo indirecto. Además, cuando el discurso corresponde a la expresión oral de los personajes, la voz que lo transmite utiliza diferentes rasgos expresivos y lingüísticos y, si es la de los personajes, se señala con marcas gráficas.

El discurso de los personajes les caracteriza tanto por lo que dicen, que está condicionado por su psicología, como por cómo lo dicen, que puede reflejar parte de ésta y otros rasgos del personaje.

La acción interna

La acción interna es la representación de la interioridad del personaje. Está formada por el conjunto de pensamientos, sentimientos y emociones que éste experimenta el personaje a lo largo de la acción narrativa. Su representación en el relato es muy similar a la del discurso de los personajes, por lo que a veces ha sido considerada como discurso interno; especialmente cuando es expresada mediante monólogo interior.

La acción interna está condicionada por la psicología del personaje, pues ésta influye en la percepción que el personaje tiene del mundo que le rodea y condiciona su interpretación de la acción y el resto de los personajes. Por tanto, la exposición narrativa de la acción interna refuerza su caracterización psicológica.

La acción interna es motivada por la acción narrativa e influye causalmente en la acción externa del personaje, ya que provoca muchas de sus acciones. Sin embargo, debido a su naturaleza no fáctica, en la narración tiene un carácter digresivo.

La caracterización metonímica

Otra técnica de caracterización de los personajes es la metonimia de elementos visuales. Por ejemplo, los rasgos psicofísicos pueden condensar su personalidad o algún antecedente de su historia, mientras que la descripción de su espacio privado del personaje puede reflejar tanto su psicología como su físico, así como otros aspectos de su caracterización.

 

La caracterización de los personajes y la perspectiva narrativa

La caracterización de los personajes tiene una naturaleza polifónica, ya que todas las personas narrativas del relato pueden caracterizar a todos los personajes: si un personaje se caracteriza a sí mismo a través de su acción, también puede caracterizar a otros a través de su discurso o su acción interna. En este último caso, la imagen que el lector percibe del personaje caracterizado depende de la subjetividad del personaje focal y de la relación entre ambos.

 Asimismo, la visión que el narrador plantea de cada uno de los personajes queda sujeta a su neutralidad.

De esta forma, las distintas perspectivas crean un entramado polifónico y multiperspectivista que puede dar imágenes falsas o contradictorias de los distintos personajes. Esto produce ambigüedades de caracterización que afectan a la relación entre el lector y el personaje y permiten crear distintos efectos emocionales y tipos de tensión narrativa.

 

 

Bibliografía

Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2022). Los personajes. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/tecnica-narrativa/personajes/

 

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