El narrador en la narración
El narrador es la persona narrativa responsable de la narración literaria; es decir, la persona narrativa que narra el argumento y lo convierte en relato. Por ello, es un elemento propio de la narración e independiente del argumento. Incluso cuando se trata de un narrador-personaje que participa de la acción, la distancia temporal entre el tiempo de la acción y el tiempo de la narración aleja al narrador del argumento.
El narrador es el elemento de la narración más importante, ya que la domina: como encargado de la mediación narrativa, de él depende qué incidentes del argumento son narrados, cómo y cuándo. Estas elecciones condicionan cómo el lector percibe e interpreta la historia, por lo que es conveniente tener claro qué tipo de narrador escoger y cuáles son sus rasgos para utilizar el narrador más adecuado a cada historia.
La función mediadora del narrador
Como persona narrativa responsable de la narración, el narrador es considerado mediador. Esta mediación es la que distingue el argumento (la historia) de la narración (cómo se cuenta la historia).
La mediación del narrador permite contar la historia de diferentes maneras, manipular al lector para que interprete la acción de una forma u otra y, en muchos casos, crear los efectos narrativos.
La función mediadora del narrador se basa en dos aspectos:
- Dosificación de la información: consiste el manejo de la información narrativa a lo largo de una narración. El narrador tiene dos formas de dosificar la información:
- Extensión narrativa: se basa en la cantidad de texto que la narración dedica a un detalle de la acción, sea éste un incidente argumental o no. Cuando el detalle no pertenece al argumento, la narración introduce digresiones. El narrador puede escoger tres tipos de extensión para narrar un detalle: la muestra, desarrollándolo al detalle; el resumen, aportando sólo la información imprescindible; o la elipsis, es decir, omitir el detalle en la narración.
- Ordenación narrativa: se basa en la organización de los incidentes dentro de la narración; es decir, en qué momento de la narración se expone un incidente, independientemente de cuándo ha tenido lugar. La ordenación narrativa del relato puede ser de dos tipos: lineal o cronológica, cuando la narración presenta los incidentes argumentales en el mismo orden en que ocurren; o no cronológica, cuando se introducen anacronías como las anticipaciones y las retrospecciones.
- Perspectiva narrativa: es la posición escogida por el narrador para transmitir al lector los incidentes de la acción; es decir, el punto de vista utilizado. Normalmente, se suele asimilar a los puntos de vista que dan lugar a los tipos de narrador, pero en la perspectiva narrativa también entran en juego la focalización y la distancia narrativas, que corresponden a cómo el narrador se adueña de la visión o el discurso de los personajes y plantea una mediación desde éstos y no desde él mismo.
Según el uso de las técnicas de mediación y el grado de manipulación de la historia por parte del narrador, éste puede ser más o menos fiable. Un narrador no fiable es aquel que aprovecha su función mediadora para tergiversar el argumento y “engañar” al lector, provocándole una interpretación distorsionada de la historia; ya sea por juego, ya para crear efectos.
Características del narrador
El narrador es la “máscara” que el autor se pone para cada narración concreta: una persona narrativa completamente ficcional; el autor es la persona real que escribe el relato y tiene una posición exodiegética respecto a éste. El narrador, como persona narrativa, puede ser tan ficcional como los personajes o tratarse de una proyección del autor, pero incluso en este caso no debe confundirse con éste: cuando el autor se proyecta a sí mismo como narrador, se literaturiza como mediador de la acción narrativa, convirtiéndose en una proyección ficcional de sí mismo que sólo coincide parcialmente con la persona real.
Este rasgo ficcional permite que un mismo autor tenga tantos narradores como relatos y que pueda utilizar a sus narradores de forma diferente, según cuál sea el más adecuado para la historia o para crear efectos narrativos. Aunque ya existen ciertos tipos de narrador establecidos, el autor puede crear a sus narradores utilizando los distintos puntos de vista o, si quiere un narrador aún más ficcional, caracterizándolo psicológicamente de forma similar a la de los personajes.
Hay muchos ejemplos de narradores deliberadamente ficcionales, cuyo punto de vista coincide con algún tipo concreto de persona, como un niño o alguien con algún tipo de problema mental. Aunque normalmente estos ejemplos coinciden con el narrador personal ―como en Manolito Gafotas de Elvira Lindo― este mismo juego puede realizarse con narradores no personales.
Los puntos de vista del narrador
El punto de vista del narrador parte de las diferentes visiones y distancias que el narrador plantea respecto a la acción narrativa. Se establece mediante dicotomías que se combinan entre sí, dando dan lugar a los distintos tipos de narrador. A lo largo de una narración, el punto de vista de cada dicotomía puede cambiar, multiplicando las posibilidades y permitiendo la combinación y alternancia de distintos puntos de vista y tipos de narrador en un mismo relato.
Existen cinco dicotomías que determinan el punto de vista narrativo:
- Según la posición del narrador: depende de la pertenencia del narrador al universo narrativo. El narrador intradiegético es un narrador personaje que utilizará la primera o la segunda persona; el narrador extradiegético no participa de la acción, sino que la ve desde fuera, por lo que usará la tercera persona.
- Según la focalización de la acción: depende de la visión desde la que el narrador exponga la acción. Un narrador no focalizado es aquel que aporta su propia visión, pudiendo ser más o menos neutro, pero sin adherirse a la visión de ningún personaje. Un narrador focalizado es el que narra la acción desde la perspectiva de algún personaje. Cuando el narrador está focalizado, puede plantear focalización interna (da a conocer la acción interna de los personajes) o focalización externa (sólo da a conocer su visión mediante la acción externa del personaje).
- Según la precisión de la información: depende de la dosificación de información por parte del narrador. El narrador total aporta todos los incidentes importantes de la acción, elidiendo sólo aquellos que no resultan necesarios para la interpretación de la historia. El narrador parcial omite parte de la acción argumental, utilizando la elipsis en incidentes de mayor importancia.
- Según la neutralidad del narrador: depende del juicio o la opinión que el narrador aporte sobre la acción o los personajes. El narrador objetivo se mantiene neutral, evitando valorar lo que narra para que sea el lector quien forme su propia opinión. El narrador subjetivo aporta su propia opinión, orientando así la del lector.
- Según la visibilidad del narrador: depende de cuánto se manifieste el narrador como mediador de la acción y responsable de la narración. Un narrador es implícito cuando no da muestras claras de su papel mediador, limitándose a narrar la acción. Un narrador es explícito cuando, es perceptible en la narración, ya sea por el uso de la persona gramatical, su subjetividad o referencias metaliterarias.
La posición del narrador condiciona el resto de puntos de vista. Así, un narrador intradiegético siempre tendrá una focalización interna y será parcial, subjetivo y explícito. En cambio, un narrador extradiegético permite la combinación del resto de puntos de vista, ya sea alternando diferentes tipos de narrador, ya utilizando los puntos de vista de manera diferente en cada personaje o momento de la narración.
Los tipos de narrador
Los tipos de narrador parten de la combinación de los puntos de vista narrativos. Aunque esta combinación puede dar lugar a muchos narradores diferentes, éstos se dividen en tres clases fundamentales:
- Narrador personal: se trata de un narrador intradiegético que, como participante de la acción, es necesariamente focalizado, parcial, subjetivo y explícito, pues presenta los acontecimientos desde su propia visión de personaje, sin conocer la de los otros personajes e incluyendo valoraciones propias. Hay tres tipos de narrador personaje: el protagonista, que narra sus propias vivencias; el testigo, que narra las vivencias de otro personaje; y el informante, que no participa de la acción principal pero la conoce mediante testimonios de otros personajes.
- Narrador no personal: es el narrador extradiegético y permite la combinación del resto de puntos de vista. Tradicionalmente, se ha asociado al conocido como “narrador omnisciente” por su precisión total. Se divide en tres tipos: el narrador editorial, que no está focalizado y es explícitamente subjetivo; el narrador neutral, que tampoco está focalizado pero es implícitamente subjetivo; y el selectivo, que sí está focalizado y alterna la subjetividad de los personajes con su propia objetividad. Además, el selectivo puede plantear focalización única (siempre desde el mismo personaje focal) o variable (alternando la visión de varios personajes).
- Ausencia del narrador: se trata de un narrador extradiegético, objetivo e implícito, cuya aparición en el relato se limita al registro de la acción externa y a la descripción de espacio y personajes, con un estilo similar al de las didascalias teatrales, de manera que el diálogo es el eje de desarrollo de la acción. Con este tipo de narrador, el lector debe saber leer entre líneas la acción interna y las relaciones entre personajes. Existen dos modalidades: el modo dramático, que plantea el relato como una sucesión de escenas dialogadas sin participación del narrador; y el modo cinematográfico, en el que el narrador simplemente aporta los detalles visuales necesarios para la comprensión del diálogo como historia.
Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2022). El narrador. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/tecnica-narrativa/narrador/
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