La metadiégesis consiste en un relato dentro de otro relato, lo que establece distintos niveles narrativos.
El primer nivel narrativo es el relato que lee el lector; el que escribe el escritor. El segundo nivel narrativo aparece cuando, dentro del relato que estamos leyendo, un personaje narra o lee un relato. La aparición de ese segundo relato es lo que produce la metadiégesis, porque cada nivel presenta su propia diégesis, duplicando los elementos que la componen.
Metadiégesis y estructura narrativa
La inserción de un relato dentro de otro produce lo que se llama una estructura enmarcada: el primer nivel narrativo se considera el marco de la narración del segundo.
Esta estructura establece tres tipos de relación entre los niveles narrativos:
- Explicativa: el segundo nivel narrativo sirve para aportar información sobre la acción que aún no ha sido expuesta en la narración. Suele corresponderse con retrospecciones diegéticas insertas en el discurso oral o escrito de un personaje. Por ejemplo, cuando Sherlock Holmes explica a Watson cómo ha resuelto el misterio.
- Simbólica: el segundo nivel narrativo es una narración metaliteraria que presenta una analogía temática con la situación narrativa del primer nivel, normalmente de carácter alegórico. Es el caso de los relatos de Patronio en El conde Lucanor, cuya introducción viene motivada por la situación del primer nivel.
- Digresiva: el segundo nivel narrativo no mantiene ninguna relación temática con el primer nivel, constituyendo una digresión de acción, en la que lo importante no es el contenido de la narración metadiegética, sino el acto de narración del personaje, en sí mismo. Es el caso de los relatos de Sherezade en Las mil y una noches o de los resúmenes de películas en El beso de la mujer araña de Puig.
El narrador metadiegético
El narrador metadiegético es, por necesidad, un personaje perteneciente al universo narrativo.
Cuando el personaje es actante de la acción, normalmente asociamos la metadiégesis a una narración metaliteraria como la de El miserere de Bécquer. En este relato, el narrador personal encuentra una partitura y un viejecito le cuenta la el origen de la misma: este viejecito es el narrador metadiegético.
Sin embargo, lo más habitual es que el narrador metadiegético se produzca por una retrospección diegética. En el citado relato, es el caso del compositor protagonista de la historia del viejecito, que se convierte en narrador metadiegético del tercer nivel narrativo cuando cuenta, al monje que le acoge, su juventud y cómo encontró el libro que da pie a la composición.
Por otro lado, cuando el personaje actante no es el narrador, sino el receptor del relato del segundo nivel narrativo, el narrador metadiegético queda implícito como personaje anónimo que ha escrito la historia. Por ejemplo, el autor del libro que está leyendo el protagonista de La continuidad de los parques de Cortázar, al cual no se hace referencia en el relato y que, sin embargo, es necesario para que el protagonista pueda leer el libro.
El universo y los elementos de la acción en la metadiégesis
Según la relación que el segundo nivel narrativo tenga con el primero, el segundo nivel narrativo puede compartir, o no, algunos de sus componentes con el primer nivel narrativo.
En el caso de una retrospección diegética, tanto el universo narrativo como el narrador metadiegético son compartidos entre ambos niveles, ya que este narrador del segundo nivel es personaje del primero. Esto obliga a que la acción de ambos niveles narrativos suceda en el mismo universo.
En el caso de una narración metaliteraria, el narrador metadiegético no es personaje del segundo nivel narrativo, por lo que la acción de éste puede suceder en el universo narrativo del primer nivel, aunque con otras coordenadas temporales, o un universo narrativo completamente diferente.
Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2022). Metadiégesis y niveles narrativos. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/diccionario-del-escritor/metadiegesis/
