La coherencia argumental

 

La coherencia argumental es la sensación de unidad temática y lógica narrativa a lo largo del avance argumental y desde el inicio hasta el final de la acción, es decir, de que los incidentes de la acción son producidos por otros anteriores y no porque sí.

Sin embargo, la coherencia sólo se percibe cuando desaparece, es decir, cuando surge una incoherencia. Las incoherencias pueden darse por dos razones: porque un incidente resulta inverosímil o injustificado por el avance argumental anterior, de manera que el lector lo percibe como un fallo de lógica, o porque el argumento deja alguna línea argumental sin cerrar, dando la sensación de dejar “cabos sueltos”.

La coherencia argumental se consigue mediante dos técnicas: la unidad temática y la causalidad de la acción.

 

La cohesión temática

La cohesión temática se da cuando toda la acción versa sobre un único tema. Éste puede ser un personaje y sus vivencias o las consecuencias de un acontecimiento en la vida de varios personajes.

Esta unidad se da gracias a la continuidad temática, es decir, es desarrollado a lo largo de toda la acción. De esta manera, el avance argumental se centra sólo en ese tema, hasta que el desenlace lo cierra.

A veces, una historia presenta varias líneas argumentales. En estos casos, cada línea tiene su propia cohesión temática. Sin embargo, esta cohesión puede resultar más compleja, pues las diferentes líneas pueden entrecruzarse, unirse o separarse. En cualquier caso, todas las líneas argumentales mantienen la continuidad temática, pues aunque en la narración se alterne el avance argumental de cada una, todas deben cerrarse con sus respectivos desenlaces.

 

Causalidad argumental

La causalidad argumental es lo que da mayor coherencia a la historia, pues se basa en que todo incidente es causado por uno anterior y, por tanto, consecuencia del desarrollo de la acción. De esta forma, se compone una línea causal que recorre toda la acción.

Tipos de causalidad

En un argumento hay dos tipos de causalidad:

  • Interna: es la que se da entre un punto de giro y su situación. Como los puntos de giro causan situaciones nuevas, éstas deben ser consecuencia del punto de giro que las precede.
  • Externa: es la que se da entre puntos de giro, por lo que da mayor coherencia al argumento. Un punto de giro es causa del siguiente cuando es necesario para que se produzca el punto de giro consecuente. Por ejemplo: para que un personaje rescate a otro, primero ha de darse una captura; la captura sería la causa del rescate y ambos son puntos de giro porque producen situaciones nuevas: la del capturado y la del liberado.

La verosimilitud argumental

La causalidad fue planteada por E.A. Poe como una estrategia para dar verosimilitud lógica al avance argumental.

Lo que Poe plantea es que el avance argumental debe basarse en un encadenamiento lógico de los incidentes, de manera que toda la acción conduzca hacia el desenlace y que éste no sea consecuencia de la última situación sin tener nada que ver con los incidentes iniciales.

Para ello, propone una elaboración retrospectiva del argumento; es decir, que primero hay que tener clara la situación inicial y el desenlace, para luego proceder a elaborar los incidentes intermedios, siempre en dirección al desenlace planteado.

Esta elaboración retrospectiva no sólo facilita la creación de la lógica mediante la causalidad, dando verosimilitud al avance argumental, sino también la continuidad temática y, con ello, la cohesión temática del argumento.

 

 

Bibliografía

Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2020). La coherencia argumental. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/tecnica-narrativa/argumento/coherencia-argumental/

 

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