La descripción

 

Describir es pintar con palabras; es crear una imagen mental del espacio o los personajes de nuestra historia.

Su equivalente visual es la pintura, pues la fotografía captura la realidad tal y como es, mientras que la pintura incluye la visión personal del autor: de ahí la introducción de sugerencias y efectos; de ahí el detallismo o apenas boceto de unos detalles u otros; de ahí el tipo de pincelada, el cromatismo del conjunto, etc. La descripción, al pertenecer fundamentalmente a la voz narrativa, también está sujeta a su punto de vista, presentando estas mismas técnicas. Por ello, para mayor comodidad de nuestros futuros autores, usaremos comparaciones entre dicho arte visual y su equivalente verbal.

La descripción es una de las formas textuales más importantes para la literatura, ya que es a través de las imágenes como el receptor recuerda mejor las historias. Recordemos que, de las artes narrativas, la literatura es la menos visual, después del cine y el teatro, que muestran imagen y movimiento, y del cómic, que muestra la imagen y sugiere el movimiento. Por eso la descripción es fundamental, pues permite al lector imaginar la visión de espacios y personajes, mientras que los movimientos se encuadran en la narración.

 

Formas de la descripción

La descripción puede aparecer de dos formas:

  • Descripción en bloque: esta descripción se corresponde con la forma textual propia. Supone una interrupción de la narración para incluir los detalles visuales del espacio o los personajes, por lo que se constituye como un episodio de caracterización. Las entradas que dedicaremos a la descripción se centran en este tipo.

  • Pinceladas descriptivas: se trata de pequeños apuntes descriptivos que se introducen en la narración, pero que no la interrumpen. Un adjetivo, una comparación, alguna sensación…; el narrador no se para a describir en detalle, pero va creando, poco a poco y de forma esporádica, una imagen que el lector retiene en su subconsciente y que se va construyendo a lo largo de la lectura.

 

Tipos de descripción

Si la fotografía consiste en la captación exacta de la realidad y la pintura en su representación subjetiva más o menos detallada, según del objetivo del artista, la descripción puede abarcar ambas formas, en función del grado de detalle que incluya y del punto de vista que plantee. Este último determina dos tipos fundamentales de descripción:

  • Descripción objetiva: es aquella que procura un punto de vista neutral, eliminando todo posible juicio sobre los espacios o personajes descritos, así como cualquier tipo de sugerencia emocional. Presenta un lenguaje objetivo, en el que predominan los verbos de estado y los adjetivos calificativos.

  • Descripción subjetiva: añade a la imagen objetiva matices sugerentes, en función de la sensación que busca provocar. Permite una mayor expresividad lingüística, utilizando sustantivos con fuertes connotaciones, adjetivos valorativos y figuras retóricas como la comparación y la metáfora. Esta descripción puede ser positiva o negativa.

 

Características de la descripción

Como se ha dicho, la descripción es fundamentalmente visual, por lo que en ella caben formas, colores, tamaños, posiciones, posturas, etc. Asimismo, incluye puntos de vista: si la descripción es espacial, se corresponden con conceptos pictóricos como la perspectiva o la iluminación; si se trata de una descripción de personajes, incluirá conceptos más relativos a la anatomía y al lenguaje corporal.

En cualquier caso, toda descripción se compone de los mismos elementos lingüísticos, por lo que comparten ciertas características:

  • Tipos de palabras: la naturaleza pictórica de la descripción supone una disminución de la acción a favor de la imagen, por lo que destaca la aparición de sustantivos y adjetivos, para señalar los objetos y caracterizarlos. La naturaleza objetiva o subjetiva de unos y otros dependerá del tipo de descripción. Por su parte, los verbos tienden a desaparecer, pues al circunscribirse a dos tipos concretos ─verbos de estado y verbos de opinión─, suelen provocar pesadez en la descripción.

  • Elección léxica: consiste ésta en escoger, dentro de un grupo de sinónimos, aquella forma más adecuada para la sensación que se pretende dar. Normalmente, la descripción objetiva presenta un léxico neutro y poco sugerente, predominando la denotación a la connotación, mientras que la descripción subjetiva opta por formas de fuerte connotación, que apelan a las emociones y las sensaciones y se apoyan en el imaginario colectivo.

  • Figuras retóricas: puesto que las figuras retóricas se basan en asociaciones de significado, se caracterizan por un fuerte grado de sugerencia y connotación. Por ello, su uso queda circunscrito exclusivamente a la descripción subjetiva.

¿Qué se describe?

Como se señalaba más arriba, son dos los elementos de la narración que suelen se descritos: el espacio y los personajes. En ambos casos, la finalidad de la descripción es crear una imagen mental en el lector, pero en cada uno de ellos ésta conlleva particularidades propias:

  • Descripción de espacio: consiste en crear un escenario donde transcurre la acción, pero puede servir también para crear, a través del espacio, una atmósfera propicia para los acontecimientos que tienen lugar en ella, e incluso para contextualizar el tiempo de la narración.

  • Descripción de personajes: contribuye a la caracterización de los personajes y suele ser física o psicológica. Cada uno de estos tipos viene determinado no sólo por el punto de vista del narrador, sino también por la parcialidad de este punto de vista.

 

 

Bibliografía

Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2019). La descripción. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/tecnica-narrativa/descripcion/

 

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