La catarsis es un concepto que Aristóteles expuso en el libro VIII de la Política y los capítulos VI y VII de la Poética (s. IV a.C.). Lo define como la capacidad de la tragedia de producir en el espectador una especie de liberación de tensiones o purga de las emociones de la piedad y el miedo. No en vano, catarsis en griego significa purga.
Aristóteles cogió prestado este término de la medicina hipocrática, donde se refería a un tratamiento purificativo del alma y la expiación de la culpa a través de ciertos ritos. Aplicado a la tragedia, supone provocar en el espectador una gran tensión para que, al finalizar el espectáculo, sienta la liberación de la tensión acumulada y, por tanto, la relajación.
La catarsis es, por tanto, la finalidad última de la acción trágica. Se basa en la implicación emocional del espectador, quien bascula entre su identificación con el personaje y conciencia de sí mismo como espectador. Así, el sentimiento de temor nace de su empatía y la vivencia de la acción trágica como en carne propia, mientras que la piedad se da después, cuando al terminar el espectáculo vuelve a su ser y toma distancia con la acción que acaba de presenciar.
Este concepto ha sido muy utilizado en la literatura y constituye la base para la tensión narrativa. Sin embargo, en la Poética, el término aparece tan sólo una vez.
Una tragedia, en consecuencia, es la imitación de una acción elevada y también, por tener magnitud, completa en sí misma; enriquecida en el lenguaje, con adornos artísticos adecuados para las diversas partes de la obra, presentada en forma dramática, no como narración, sino con incidentes que excitan piedad y temor, mediante los cuales realizan la catarsis de tales emociones. (Poética, 19b 24-26).
Cómo citar este artículo: Aranda, M.P. (2018). Catarsis aristotélica. Trucos de Pluma. Recuperado el dd/mm/aaaa de https://trucosdepluma.com/teoria-para-escritores/diccionario-del-escritor/catarsis-aristotelica/
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