El reto de… febrero
Tras la tormenta, viene la calma y tras el frío, ese calorcito que ya anticipa la primavera; calorcito traidor que a veces nos juega malas pasadas.
Para celebrar este reinicio de la vida natural, ¿qué os parece dedicar el reto de febrero a los comienzos de esa vida, con un relato de 300 palabras?
Esta vez, los dados nos han agraciado con tres familias animales:
Es decir, que en el relato deben aparecer un pterodáptilo, un mamut y una libélula, pero los tres vivitos y coleando.
¿Os atrevéis?
Podéis subir vuestros relatos como comentarios de la entrada. ¡Estamos deseando leerlos!
Después de la tormenta “Filomena”, pensábamos que ya habíamos visto todo, pero nada de eso, al contrario, nos esperaban grandes y peligrosas sorpresas.
Un terremoto hizo temblar y abrirse la tierra. En Cuenca aparecieron fósiles de más de 120 millones de años, como el pterodáctilo, los dinosaurios, etc., y en Cantabria mamuts enormes. Por un extraño fenómeno natural, unos gases del centro de la tierra se esparcieron e inexplicablemente, dieron vida a estos animales prehistóricos que recuperaron todo su esplendor de antaño.
Nadie se podía creer que esto fuera verdad, los animales asustados por no estar en su hábitat natural, viendo tantos edificios, coches, trenes, y demás, los intuían como enemigos y atacaban a cualquier cosa que se moviera, ya fuera transporte o personas. El caos en la ciudad era una pesadilla, como en las películas, la gente corría de un lado a otro procurando esconderse de semejantes bichos.
El gobierno no sabía que hacer, en las noticias pedían a la ciudadanía que no saliera a la calle hasta encontrar una solución a tan increíble delirio.
Se pidió a todos los biólogos, paleontólogos y arqueólogos del mundo, su experta opinión sin encontrar nada efectivo a corto plazo .
Un principiante de geología investigaba el escape de los gases, quedándose muchas noches sin dormir, Se puso en contacto con el presidente del gobierno, creyendo haber encontrado la solución en una pequeña libélula. Este pequeño ser producía una sustancia, que ya en la prehistoria, se creía que fue una de las causas de la extinción de dichos animales.
Inmediatamente se pusieron manos a la obra y con enormes dardos llenos de dicha sustancia, abrieron fuego contra ellos y lograron aniquilarlos de nuevo. El joven estudiante era un héroe nacional que salvó a pueblo de una catástrofe sin precedentes.
Muy bueno, Mª José. De aquí sacan una peli y se forran ;P
Gracias a todos por vuestros comentarios, tengo muchas ganas de leer vuestros relatos. !Ya estáis tardando! Jajajajajaja
Un brazo para todos compañeros.
Me ha gustado un montón.
Al final te ha salido el instinto asesino y te los cargas a todos. ¡pobrecitos! ja ja ja
¡¡Fantástico!!
Me encanta María José, me ha gustado mucho que sea una pequeña libélula la que acabe con los enormes dinosaurios.
¡Vaya imaginación! Muy bueno Ma. José
Me ha encantado M. José, Olé tú
EL PTERODACTILO, EL MAMUT Y LA LIBÉLULA.
Ya sé que los pterodáctilos no eran coetáneos de los mamuts, pues aquellos eran reptiles voladores que existieron hace unos ciento cincuenta millones de años, mientras que los mamuts eran mamíferos que aparecieron hace tan sólo cuatro millones y medio de años y han existido hasta la Edad de las cavernas. Pero el ptero del que os voy a hablar quedó congelado en un cambio climático en un pasado remoto y con el deshielo que se produjo tras la cuarta glaciación, despertó de pronto junto a una gigantesca libélula, que también tuvo un largo sueño invernal de millones de años. La libélula le preguntó al ptero si había descansado bien y éste le contestó que había dormido demasiado, tanto que estaba hecho polvo y que tenía mucho frío. No era para menos, pues las mañanitas en la tundra eran tela. “Sube a mi chepa y busquemos tierras más cálidas”, le dijo a la libélula. Dicho y hecho. Viajaron unos pocos miles de kilómetros hacia el sur y desde arriba vieron un extraño y grandote animal que estaba siendo atacado por unos rarísimos seres bípedos. Era una partida de cazadores humanos que acosaban a un mamut, que ya era viejo y se había descolgado de su manada. El ptero y la libélula nunca habían visto animales parecidos. Se compadecieron del grandote paquidermo y embistieron en picado contra los hombres. La libélula zumbaba batiendo sus poderosas y enormes alas y el ptero graznaba ensordecedoramente. Los cazadores sorprendidos ante aquella súbita aparición, huyeron espantados, abandonando sus armas y pertrechos. Desde entonces, los tres amigos recorrieron juntos bosques y pantanos y vivieron un sinfín de aventuras. Cuentan las leyendas de las riberas del Mar Negro, que en las noches de niebla aún se les puede ver vagando por los humedales en la desembocadura del Danubio.
Me encanta, Raimundo. Y esa ruptura de la cuarta pared al principio es todo un acierto 🙂
Rai, ¡muy bueno! Has buscado lógica histórica en la fantasía.
¡Qué chulísimo! Son muy creativos tus relatos. Me gustan mucho. ¡Enhorabuena!
Me encanta el relato. El inicio me parece maravilloso. Muy bueno.
Gracias Rai por situar en el tiempo a esos animales extraordinarios y contarnos un cuento con final feliz.
Toma ya Rai, muy bueno. Me ayuda mucho vuestros relatos compañeros, Muchas gracias
Desperté ansiosa por descubrir la primavera. Borrascas como Filomena, Hortensia y Justine pasaron de golpe. Sin piedad. Ansiaba ver flores: margaritas, rosas, amapolas, orquídeas, azucenas… Libélulas y mariposas revoloteando sobre ellas. Un sol de justicia, luz después del oscuro invierno.
Un pterodáctilo, rey de los cielos terrestres, agarró mi jersey con sus garras. Tras el vuelo, aturdida y un poco congestionada de un aterrizaje forzoso. Vi dinosaurios. Campaban a sus anchas por el pantano. Los reptiles caminaban sobre el barro y dejaban huellas tan grandes como el salón de mi casa. Avanzaban muy deprisa, cinco kilómetros por hora. En grupo. Las crías protegidas en el centro. Aproveché para preguntarles cómo llegar a la escondida primavera. Uno de cuello largo y ojos tiernos estampados me sugirió que siguiera el sendero del pantano. Agradecida me despedí y seguí una caminata que se me antojó larga.
Llegué a un bosque abierto. Unas manadas de mamuts comían hierbas y hojas. Sus colmillos de cinco metros de largo se curvaban hacia arriba. Tenían pinta de ser tan simpáticos como sus diez toneladas de peso. Me envalentoné y con la mejor de mis sonrisas charlé un rato con ellos. No dudé en montarme en el primer mamut que me guiño un ojo. Agradecí la alegría que me transmitían. Incluso abusé de su amabilidad. Les pedí que me acercaran más al sol. Quería llegar al equinoccio. Disfrutar de días cálidos. Me depositaron en un valle extraordinariamente verde. Escoltado por laderas abarrotadas de musgo. Allí las flores cantaban el Ave María de Schubert. Y una libélula blanca con sus fuertes alas transparentes y su abdomen alargado comía insectos y me saludaba con complicidad. Los olores se mezclaban con el ruido de los bichitos. Me sentía muy afortunada. Agradecida de estar por fin en mi primavera invencible.
Precioso, Natalia. Un paseo de lo más extraordinario.
Me ha encantado Natalia. Muy bueno.
Natalia un cueto maravilloso. Me encantaría visitar ese valle.
Muy curioso. Me ha gustado mucho
Muy bueno Natalia. Fantasía en estado puro.
Guay Natalia. Fantástico, desbordando la imaginación
Aquí comparto mi primera experiencia en esta página espero que la disfrutéis como lo he hecho yo con vuestros trabajos…
EL PROYECTO
Aquella mañana estaba tranquilamente en mi piscina. Había decidido que no podía seguir considerándome una persona culta sin haber leído el libro más vendido de la historia, cuando una libélula atrajo mi atención.
Nunca había visto un ejemplar de anisóptero tan espectacular, tanto por su tamaño como por su belleza, e inmediatamente decidí que debía engrosar mi colección.
En un instante había vuelto con mi cazamariposas y me dispuse a observar mi presa. Parecía estar interpretando un ballet aéreo con orgullosos tirabuzones, cambios de ritmo y armoniosos zumbidos.
En un momento de su coreografía se quedó inmóvil, suspendido en el aire. Armé mi brazo dispuesto a darle caza con un rápido y sutil movimiento cuando, súbitamente, apareció en el cielo, materializándose de la nada, una enorme nave espacial de la que surgió un potente haz luminoso que nos enfocó a mi ansiada pieza y a mí.
Sentí una extraña ligereza y en seguida me dí cuenta que estaba flotando en dirección a la nave con el objeto de mi deseo y tras unos segundos que se me antojaron eternos me materialicé en una descomunal sala en la que había toda clase de animales, conviviendo en una celestial e inexplicable armonía. En el cielo divisé una pareja de cigüeñas acompañada de otra de…¡¿pterodáctilos?!. Por la enorme pradera se veían jirafas, cebras y una pareja de,,, ¡¿mamuts?!.
No salía de mi asombro, allí se mezclaban animales de todas las eras, del jurásico, del cuaternario, actuales y…”futuros”, dijo una voz detrás de mí.
Era una mujer de una belleza atemporal que me miraba con ojos severos. Se presentó como Naama.
Mientras me acompañaba por la nave me explicó que mi pretendido trofeo era el último ejemplar de un extraño tipo de anisóptero que se les había escapado y su importancia para El Proyecto. Al cabo de unas horas, que volaron mientras escuchaba a aquella espectacular mujer, llegamos ante una puerta y me dijo “Pasa, Noé te está esperando”.
¡Jajaja! Me ha encantado. Muy divertido y el giro final es muy bueno. Bravo por tu primera aportación, Jaime.
Muchas gracias Marina. La verdad es que lo he pasado muy bien imaginándomelo
¡Qué chulo ,Jaime! Me ha encantado, como todo lo que escribes.
Gracias Merche!
¡Impresionante! ¡Enhorabuena!
Jaime, muchas gracias por ofrecernos tu primer relato, me ha gustado mucho.
Un arca de Noé espacial, puede ser la solución a la destrucción ecológica del planeta. A ver si vienen pronto y nos salvan.
Gracias Pilar.
Hay que tener fé, nuestro planeta tiene miles de millones años y ha pasado cambiado su fisionomía y a sus habitantes muchas.
Lamentablemente (o no) nuestra existencia será más efímera.
Sólo somos parte de… El Proyecto
Muy bueno, Jaime. ¡Fantasía al poder! Gracias.
Gracias Natalia. El tuyo también me ha gustado mucho. El último párrafo pone todos los sentidos a disfrutar (el gusto no por el sabor sino por el saber)
¡Me encanta! ¡Bravo! He disfrutado mucho leyéndolo. Me encanta la delicadeza con la que escribes, la forma que tienes de introducir al lector dentro de la historia a través de tus descripciones. ¡Bravo, otra vez!
Jaime, ¿el primero?, jolin, me has dejado con la boca abierta, ¡Fenomenal!, me ha encantado
“El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Es cierto que Parque Jurásico era una invención, pero todos sabemos que la realidad siempre supera a la ficción.
Un siglo después de la primera película, la ciencia avanzó los suficiente como para ser capaces de clonar animales prehistóricos. Nuestra osadía fue más allá, conscientes de que el tamaño de estos seres sería un problema, nos permitimos el lujo de alterar sus dimensiones. Yo misma, de niña, tuve primero un pterodáctilo y cuando ya fui algo mayor, mi propio mamut enano, me llegaba a la cintura. Michael lo llamé en honor al autor de la novela en la que se basó la película. Un Julio Verne del siglo XX.
Pero al hombre siempre le ha gustado jugar a ser Dios lo que le ha llevado, nos ha llevado, a la devastación.
Al principio sólo fueron pequeños laboratorios clandestinos y contrabando de especies prohibidas para la clonación. Sin embargo, la ambición y el ego desmesurado nos ha llevado a la extinción.
Igual que se hicieron las especies más pequeñas, se crearon, fuera del control de las autoridades, animales de dimensiones mastodónticas. Y así se podían encontrar libélulas del tamaño de un autobús y triceratops grandes como un trasatlántico.
Por increíble que parezca, ningún gobierno fue capaz de reaccionar a tiempo y nuestras ciudades y centros urbanos desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Ni que decir tiene que los ecosistemas quedaron irreparablemente dañados y ahora mismo escasea el alimento para cualquier ser vivo. Los carnívoros son los que todavía se alimentan, pero ya con dificultad.
Creo que los humanos siempre fuimos conscientes de que seríamos nuestro propio verdugo, pero nos gustaba pensar que eso pasaría más adelante, a los hijos de los hijos de nuestros tataranietos.
Aquí me despido, no creo que sobreviva un día más.”
Escrito encontrado en el planeta azul, el tercero desde la estrella amarilla.
¡Muy bueno, Merche! Estupendo microrrelato de ciencia-ficción 🙂
Me gusta mucho Mercedes. Una gran historia.
Muchas gracias Ana.
Muchas gracias, Marina. Intento seguir tu consejo, buscar la intensidad con pocos puntos de giro.
Quizá seas una visionaria y nos espere esto en un futuro. Muy bueno
Espero que se quede en ciencia ficción ;). Muchas gracias.
Qué bueno Merche!. Me encanta ese final de Peter Pan “Ahí es Wendy…”
Curioso, Mercedes. Gracias
Mercedes, muy bueno , me has puesto los pelos de punta uffffff…..
ARTOROL
Como cada cambio de estación, entre el sol y la luna y algún otro planeta que no recuerdo.
Mis padres y yo, teníamos que cambiar de Galaxia. A mi padre se le había encargado un nuevo proyecto
Íbamos a aterrizar, después de un largo sueño de algunos años, sin pasar estos.
Me explico. Cuando viajábamos en nuestra nave, para un nuevo traslado, nos tomábamos aquellas píldoras , que hacían que permaneciéramos siempre con la misma edad y cayéramos en un largo sueño, hasta llegar a nuestro destino.
Bueno, después de esta aclaración, continuo.
Aterrizaríamos en un nuevo planeta de aquella Galaxia después de haber cruzado el espacio intergaláctico, entre la nuestra y la nueva.
Despertamos todos al mismo tiempo, nuestro objetivo estaba justo enfrente de nosotros El Planeta Artorol.
El detector de objetos externos nos aviso de algo. Preguntamos a nuestro robot Trastur y nos dijo:
-Tranquilos, se trata de una libélula, que esta reconociéndonos. Información:
Insecto inofensivo que apareció antes de los dinosaurios.
Detecta el buen estado e las aguas
Respira a través del ano
Alcanza una velocidad de aproximadamente 72 km/hora
-Trastur, nos vale con esa información, dijo mi padre.
Ya aterrizados, de pronto un ruido en una de las ventanas de la nave ¿Qué era aquello?
Una especie de pájaro/reptil golpeaba la nave
Tratur, nos informo de nuevo.
-Familia, se trata de un Pteradaptilo
Reptil volados, no es un dinosaurio, no tiene plumas pero si alas y con nada menos que 90 dientes en su especie de pico.
Estábamos un poco asustados, el lugar del aterrizaje , era como una especie de bosque, especie digo, porque los arboles se desprendían de aquella tierra color plateada y cambiaban de lugar.
Primero salieron nuestros robots verificadores para comprobar, el suelo el oxigeno, el aire, etc.. Con esta información nos pusimos los trajes apropiados para salir de la nave
Abrimos la puerta y cual fue nuestra sorpresa. Allí estaban: La libélula, el Pterodaptilo y otro personaje, que para identificarlo no fue necesario Trastu, nada más verlo descubrimos que se trataba de un gran Mammut
Se acercaron, y en un lenguaje extraño, que hubo que traducir con nuestro lector acoplado a nuestros cascos de un idioma a otro para poder llegar a entenderlos. Nos dieron la bienvenida, el Mammut se arrodillo para que pudiéramos subir a su lomo. Aún así tuvimos que trepar por su largo pelo hasta poder sentarnos.
Por un camino, que se iba formando sobre el agua trasparente según avanzábamos, llevaron a aquella ciudad fantástica, en donde las casas, enormes burbujas de colores sobre unos prados verdes y plata inmensos, en cada árbol de aquellos que se movían, se podían ver grandes nidos desde los que los Ptrodaptilos y la libélulas, nos saludaban.
Allí pasamos unos maravillosos años, como decían los antiguos, en los que aprendimos investigación, ciencia y costumbres de ellos y ellos de nosotros.
Aquel día nos avisaron, de nuevo, llegaba el maldito cambio de estación, justo cuando mejor estábamos. Mi padre recibió de un nuevo proyecto, nos reunió en la gran explanada verde plata, a mi madre y a mi y a todos aquellos amigos.
Pero, cual fue nuestra sorpresa, que el nuevo proyecto seguiría siendo allí, recibiríamos a tres nuevas familias y nos asentaríamos por varias estaciones en Artorol, era la mejor de las noticias.
Para celebrarlo, mis padres me dejaron subirme a algunos de los Mammut, recorrer la pradera, volar con las libélulas subido en mi amigo preferido Tilo, uno de los pequeños Pterodaptilos.
Mientras mis padres junto con los más sabios y ancianos Mammuts, Pterodaptilos y libélulas, celebraban la noticia y preparaban el recibimiento de las nuevas familias.
¡Bravo, Mª Carmen, un relato estupendo! Y preciosa descripción de ese planeta; muy poética.
Gracias Marina, da gusto contigo, con este ánimo que nos das siempre
¡Qué compañeros más imaginativos y creativos tengo! ¡Bravo!
Me ha gustado mucho Mª Carmen. Muy buena historia.
Mª Carmen, ¡Parece una película! Me ha encantado. Gracias.
Jajaja, Mari Carmen, que nos preparen un buen recibimiento que somos los siguientes. Hay que conocer Artorol!